
El sismo judicial que hace tambalear al radical SergioVarisco derrumba sus sueños de pelear la gobernación por Cambiemos en 2019 y lomuestra muy lejos de la algarabía de 2015, cuando logró arrebatarle al PJ laintendencia de Paraná. Fue su retorno al Ejecutivo municipal, tras tresgestiones del justicialismo.
Varisco, de 57 años, ya había piloteado la capital entre1999 y 2003, cuando sucedió en el cargo a su padre, Humberto Varisco. Fue conel sello de la UCR, con el que también accedió a una banca de diputadonacional, entre 2005 y 2009.
Pero 2003 fue, como lo es 2018, un año amargo: en noviembreno logró vencer en la pelea por la gobernación al peronista Jorge Busti, y laUCR perdió la provincia.
Un mes después, tuvo un accidente de tránsito que lo dejógrave y en el que murió la concejal Mercedes Lescano. Por ese episodio, fueinvestigado por supuesto homicidio culposo.
Ahora, el centenario partido buscará retomar en 2019 elcontrol de la provincia, esta vez bajo Cambiemos, aunque la sombra de la causapor narcotráfico amenaza con extenderse y erosionar sus chances, en la pulseadacon el justicialismo de Gustavo Bordet.
En el plano local, la embestida judicial profundizó loscortocircuitos del radical Varisco (quien ostentó también varios cargospartidarios) con su vice, la macrista Josefina Etienot, a quien desde cercaníasdel intendente ven como una fogonera de su abrupto declive.