
La motosierra llegó a los municipios. Según datos del Ministerio de Economía de Entre Ríos, sólo en el primer semestre del año las comunas entrerrianas perdieron más de $35.000 millones respecto al mismo período del año anterior, si se mide en términos reales. La recesión, el derrumbe del consumo y la eliminación de transferencias discrecionales por parte del Gobierno nacional asfixiaron a los gobiernos locales. Y Santa Elena no fue la excepción.
A pesar de ese panorama, la gestión de Daniel Rossi decidió sostener algunos frentes de obra pública con recursos propios. Esta semana, desde el municipio se informó que continúan los trabajos de bacheo, repavimentación y recuperación de calzadas en distintos sectores de la ciudad. Las tareas se ejecutan junto a la empresa De Martín, sin aportes provinciales ni nacionales.
Las obras se enmarcan en un contexto generalizado de ajuste. Desde el arranque de la gestión Milei, se interrumpieron fondos clave como el Fondo de Incentivo Docente, el Fondo de Integración Socio Urbana y el de Fortalecimiento Fiscal Municipal. Tampoco hay obras nuevas financiadas por Nación en Entre Ríos. En ese marco, lo que logran sostener los municipios depende de su recaudación local, ahorros previos o capacidad de reasignar partidas.
En el caso de Santa Elena, la inversión actual se concentra en mejorar la transitabilidad urbana y reforzar la seguridad vial. Aunque no se trata de grandes obras, en un contexto de parálisis generalizada, incluso las intervenciones menores toman otro valor.
El mensaje político implícito es claro: mientras el ajuste nacional se profundiza y las provincias retroceden en inversión pública, algunas gestiones municipales intentan sostener el funcionamiento con recursos propios.