
El conflicto político y comercial entre Estados Unidos y Brasil, derivado de la acusación del presidente estadounidense Donald Trump de que el gobierno de Luiz Inácio “Lula” da Silva encabeza una “caza de brujas” contra el expresidente Jair Bolsonaro, y de la decisión de Trump de aplicar un arancel del 50% a las exportaciones brasileñas a EE.UU.,se encuentra en una etapa inicial y todavíano es posible prever su alcance, pero podría tener efectos sobre la Argentina.
Trump exige que el gobierno detenga la causa penal contra Bolsonaro, por intento de golpe de estado, pero Lula no puede, aún si quisiera hacerlo, evitar el trámite, que está ante la Corte Suprema de Brasil.
Por de pronto, su gobierno anunció que recurrirá a la Organización Mundial del Comercio y si falla la vía diplomática aplicará tarifas “en espejo” sobre las ventas de EEUU a Brasil. En respuesta, Trump dijo que cada vez que Brasil aumente los aranceles EEUU, él se los volverá a aumentar a Brasil, lo que podría derivar en una escalada de confrontación.
Según el Trademap del International Trade Centre, en 2024 Brasil exportó por poco más de USD 40.000 millones a EE.UU. (cerca del 12% de sus ventas externas totales, de USD 337.000 millones. Los rubros y productos más importantes de ventas al país del norte fueron minerales (USD 7.700 millones), hierro y acero (USD 5.700 millones), piezas y partes de reactores nucleares (USD 3.650 millones), pulpa, madera y artículos de madera (USD 3.300 millones), aviones y partes de aviación (USD 2.700 millones), café, té, mate (USD 1.900 millones), vegetales y frutas (USD 1.250 millones) y productos cárnicos (USD 1.100 millones).
Jorge Vasconcelos, economista jefe del Ieral de Fundación Mediterránea, destacó que cerca del 50% de las ventas de Brasil a EEUU son bienes industriales, entre ellos de Embraer, la empresa aeronáutica, que a su vez emplea partes e insumos producidos en EEUU. Los “aranceles en espejo” no solo excluirían a Embraer del mercado de EEUU, sino que le quitarían competitividad en terceros mercados. Brasil también exporta a EEUU maquinaria de construcción. Por eso el sector industrial paulista ya advirtió sobre el riesgo de los “aranceles en espejo”.
Algún “desvío de comercio” podría favorecer a la Argentina, en la medida que EE.UU. supla provisión brasileña de madera y productos forestales y carne. Pero a su vez productos brasileños desplazados de EE.UU. podrían canalizarse a terceros países, aumentando la presión sobre –entre otros- el mercado argentino.
El ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil, Carlos Fávaro, dijo que Brasil centrará sus esfuerzos en mercados alternativos como “Oriente Medio, el sur de Asia y el Sur Global” (incluida Argentina) que -apuntó- “tienen un gran potencial de consumo y podrían ser una alternativa para las exportaciones brasileñas”.
Fávaro llamó a las entidades y empresas de sectores como jugo de naranja, carne y café para coordinar acciones.
Según datos oficiales de Brasil, de junio 2024 a junio 2025 las ventas brasileñas a Argentina aumentaron casi ocho veces más rápido que las argentinas a Brasil
Según datos de ComexStats, las exportaciones brasileñas a Argentina pasaron de USD 948 millones en junio 2024 a USD 1.619 millones en junio 2025 (71%), mientras las importaciones desde la Argentina pasaron de USD 1.048 a USD 1.142 millones (9%). Esto es, las ventas brasileñas a Argentina crecieron casi ocho veces más rápido que las argentinas a Brasil.
Según Vasconcelos, un enfriamiento adicional de la actividad económica en Brasil acentuaría la agresividad de la oferta exportadora de su industria. En comparación, no hay muchas compras de EEUU a Brasil que se puedan redirigir a la Argentina.
“Aunque Argentina quede en una situación de “privilegio” para exportar a EE.UU., la sustitución de productos brasileños que puede lograr no es tan amplia”, dijo el economista. La eventual atracción de inversiones por ese relativo privilegio no sería algo inmediato y en cualquier caso dependerá de cómo evolucione el conflicto arancelario.
Gerardo Alonso Schwarz, de la regional NEA del Ieral, destacó en un informe que las principales oportunidades serían en el sector foresto industrial, pero Argentina está muy lejos, aún con el campo despejado, de alcanzar la escala de las exportaciones brasileñas a EE.UU., que en ese rubro fueron en 2024 de USD 3.300 millones (8% del total), en especial de pasta celulósica y derivados de la madera. Las exportaciones argentinas del mismo sector a EE.UU. fueron de USD 150 millones, 22 veces menos.
“En este marco, teniendo en cuenta las ventas del año pasado de Brasil a EE.UU., nos encontramos con que el primer rubro que se destaca por su potencial es el de pasta celulósica con ventas que ascendieron a USD 1.674 millones, aunque la variedad elaborada por Argentina (pasta celulosa de coníferas) explicó USD 130 millones, precisó el investigador.
Del grupo de productos derivados de la madera donde se generarían las mayores oportunidades y donde ya existen industrias exportadoras en nuestro país, están las maderas las maderas perfiladas (USD 400 millones, puertas y marcos de madera (USD 342 millones) y maderas aserradas de coníferas (USD 230 millones).
Del grupo de productos derivados de la madera donde se generarían las mayores oportunidades y donde ya existen industrias exportadoras en nuestro país (Alonso Schwarz)
Entre los rubros que también serían afectados y donde se observa que Argentina ya es importador neto están maderas y tableros laminados y contrachapados, productos de los que en 2024 Brasil exportó por USD 300 millones a EE.UU.
En un punto intermedio Alonso Schwarz apunta el rubro tableros de fibra de madera, productos que en 2024 Brasil exportó a EE.UU. por USD 100 millones y de lo que la Argentina también es exportadora, pero menor escala, con una exportación total, a todos los destinos, de poco menos de USD 50 millones.
En cualquier caso, subraya el investigador, las oportunidades que se abran en este nuevo escenario (no definitivamente configurado) “serán aprovechadas por aquellas empresas con historial exportador en los rubros correspondientes, habiéndose ya adaptado a las exigencias de calidad, certificaciones ambientales y logísticas del comercio internacional”.
Los mejor posicionados, detalló Alonso Schwarz, son aquellos orientados al mercado interno (como Tableros Laminados) que ya competían con algunos productos importados y que vienen reclamando líneas de crédito blanda para el consumo, mejoras logísticas y reducción de la presión tributaria para recuperar la competitividad (a lo cual deberíamos sumar el posible impacto de estas medidas en la política cambiaria del vecino país)”. Todo esto, claro está, queda supeditado a una “agenda de competitividad” y reformas estructurales que, en el mejor de los casos, serían posibles después de las elecciones legislativas de octubre.
Además, comentó Vasconcelos a Infobae, habrá que ver ahora si el nuevo escenario termina por volcar a los negociadores del Mercosur a cerrar el acuerdo con la Unión Europea, que frente a la incertidumbre global derivada de la política arancelaria de Trump “pasa a tener un valor especial”.
En cuanto a los efectos políticos, el economista jefe del Ieral recordó que en octubre de 2026 habrá elecciones presidenciales en Brasil. “El clima de negocios está pendiente de la continuidad o no de Lula. Para la bolsa brasileña, si el choque con Trump aumenta su popularidad y mejora sus chances de reelección, sería una noticia no positiva”.
Aparte de la situación de Bolsonaro, también habría generado enojo en Trump el acuerdo entre Brasil y China en la reciente cumbre de los BRICS, celebrada en Brasil, para construir una línea ferroviaria bioceánica que atravesando parte del Matto Grosso, daría a la producción brasileña salida al Pacífico, por el puerto de Chancay, en Perú, en el que también estuvo involucrado el país asiático.
De avanzar ese proyecto, la Hidrovía, principal vía de comercio exterior para Argentina, perdería protagonismo a nivel regional.