Sábado, 22 de mayo de 2021   |   Política

“Menem no necesitaba maltratar a nadie”

Así lo afirmó el abogado, político y exministro del interior, Carlos Corach, en el marco de la difusión de su reciente libro “Los noventa: La Argentina de Menem”.
“Menem no necesitaba maltratar a nadie”

En el marco de la difunsión de su reciente libro “Los noventa: La Argentina de Menem”, el ex ministro del Interior conversó a solas con Infobae. Confesó cuál fue su trabajo más importante en el gobierno y recordó su último encuentro con el ex presidente que marcó una década

Carlos Corach asegura que está retirado de la política, y solo hace declaraciones para promocionar el volumen que escribió junto con varios de sus ex compañeros de Gabinete para resignificar la década de los 90.

La entrevista se pautó con él mismo vía WhatsApp, y el lugar elegido fue la biblioteca del estudio jurídico que integra junto con su hijo y otros abogados, en el piso seis de un antiguo edificio de San Telmo. Corach, de 86 años, con tres hijos y un matrimonio de 57 años, mantiene intacta la imagen de un político de raza.

Lo que dice el archivo

Afirma que hace más de veinte años que no hace ninguna declaración pública. Recordó que el último día que brindó las conferencias de prensa que daba por las mañanas durante el Gobierno del presidente Carlos Menem, le hicieron una despedida con mariachis y bailarinas, y que cuando unos periodistas fueron a la mañana siguiente, él les dijo: “No, no, yo ya no hablo más”. Luego fue senador. Terminó ese mandato hace ya muchos años, y desde entonces decidió no participar con un rol activo en la vida política.

En una charla a solas con Infobae, uno de los hombres claves del gobierno de Menem habló de todo. Explicó cuál cree que es el cargo más importante de cualquier gobierno, rememoró sus días de gestión y detalló cómo fue su último encuentro con el ex presidente.

–Los noventa: La Argentina de Menem. ¿Cómo surgió la idea del libro y qué encontramos en él?

–Fue una idea que tuvimos el ex senador Eduardo Menem y yo, y fuimos interesando a diversos protagonistas sustanciales de la década del 90 para redactar un artículo que contuviera qué es lo que hicieron cada Ministerio y cada funcionario durante ese gobierno, y que hiciera una apreciación lo más objetiva posible. Y así lo hicimos. Conseguimos, finalmente, hace unos meses ya, completar el libro, que le interesó muchísimo a la editorial, y lo editó. Y creo que se inaugura, de esta manera, una etapa importante en la información pública. ¿Por qué? En primer lugar porque este libro, como puede ver cualquiera que quiera leerlo, no tiene objetivos electorales ni proselitistas ni preconiza ninguna candidatura de nadie. Y lo escribe gente que si bien coincidió con nuestro gobierno en la década de los 90, hoy, algunos de ellos tienen posiciones distintas, algunos apoyan una posición, otros, otra, pero acá lo que se requirió es un informe objetivo de las tareas de cada uno en aquella época.

–¿Por qué esto puede inaugurar una etapa distinta en la comunicación pública?

–No inaugura, puede ser que inaugure una etapa distinta en la comunicación pública porque es como que si fuera un juicio de residencia intelectual. Y creo que esto intelectualmente es un juicio de residencia porque acerca a la opinión pública elementos necesarios para juzgar una etapa histórica que fue deformada, demonizada de alguna manera en algunos aspectos y nosotros confiamos en que dándole a la sociedad, a la gente que se interesa en esto, elementos objetivos y claros puedan desentrañar cuál fue realmente el desempeño de los funcionarios y del Gobierno nacional en la década del 90, con sus claros y sus oscuros, con sus errores y sus aciertos. Entonces, mi impresión personal es que esto debería ser recomendable para los futuros gobiernos.

Lo que dice el archivo

–Al inicio del libro hay una descripción del Gobierno que dejó el ex presidente Raúl Alfonsín. ¿Es necesario para los gobiernos informar sobre la herencia recibida?

–Es necesario. Ningún presidente ni ningún gobierno quieren perjudicar a la gente. Ninguno. Es decir, ninguno quiere hacer un mal gobierno. A veces tienen más suerte, menos suerte, más habilidad, menos habilidad, las circunstancias sociales y económicas nacionales e internacionales pesan. Y el doctor Alfonsín, por quien yo tengo una gran admiración, tuve una relación muy fluida con él, tuvo que dejar el gobierno seis meses antes. Y Menem asumió seis meses antes y extendió su mandato después. Cuando lo clarificamos en la Convención Constituyente de 1994, extendió su mandato por seis meses más. Quiere decir que Menem tuvo un mandato de seis años y medio y uno de cuatro años, ya con la reelección, después de la reforma constitucional.

–¿Qué mitos de esa época se desmitifican en el libro?

–Creo que uno de ellos es en torno a la reforma de la Constitución. Existe una concepción popular, digamos, que dice que la reforma de 1994 se origina en el deseo de Menem de ser reelegido. Eso es de común opinión, digamos, una opinión bastante común. Y no hay nada menos cierto. Y le quería mostrar, le quiero mostrar, la tapa de Clarín muestra que dice claramente: “Convocaron a la reforma constitucional”. ¿De cuándo es esta tapa? Acá muestra otra, es en un acto en el Salón Blanco, donde estoy yo, están Duhalde, Menem, Bauzá. ¿De qué fecha es esta tapa [se fija en otra] que dice “Convocaron a la reforma constitucional”? ¿Sabe de qué fecha es? La fecha es “viernes 22 de septiembre de 1989”. 1989. ¿Usted cree que Menem, que había asumido al poder en julio de 1989, estaba pensando en septiembre, dos meses después, en ser reelegido? No, es mentira. Y otra cosa muy interesante en torno a la reforma constitucional es que es la primera Constitución en la historia argentina que se sanciona por consenso. Todas las otras Constituciones, incluidas la de 1852, la reforma del 60, la reforma del 27, la reforma del 49 y la de Perón, fueron imposiciones.

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