Miércoles, 21 de mayo de 2025   |   Campo

La oportunidad histórica para la carne argentina en el mercado global tras décadas de cambios

La oportunidad histórica para la carne argentina en el mercado global tras décadas de cambios

En un entorno global caracterizado por la escasez de oferta y el aumento continuo de los precios, la carne argentina, especialmente la de raza Angus, se destaca como uno de los actores más relevantes en el comercio internacional. La creciente demanda de productos premium, el ascenso de millones de personas a la clase media en Asia y el replanteamiento de proveedores debido a las tensiones comerciales globales están creando un panorama sin precedentes. Así lo afirmó Javier Martínez del Valle, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Angus, durante la 82ª Expo Angus, que se lleva a cabo en el predio de Palermo de la Sociedad Rural Argentina (SRA).

Recientemente, Martínez del Valle participó en el Congreso Mundial de Angus en Brisbane, Australia, donde ofreció una perspectiva estratégica sobre el futuro de la carne vacuna argentina. Este encuentro, que se realiza cada cuatro años y reúne a más de mil productores de 21 países, se ha convertido en un importante foro para discutir el presente y futuro del mercado global de la carne.

“Realizamos dos reuniones clave: una abierta, donde analizamos la situación del mercado, la genética y los desafíos comunes, y otra del secretariado, donde discutimos asuntos internos de las asociaciones. Este espacio de intercambio es invaluable”, explicó Martínez del Valle a LA NACION.

Uno de los temas más significativos del Congreso fue la coincidencia inusual de los ciclos ganaderos de grandes exportadores de carne como Estados Unidos, Canadá, Australia y Brasil. Argentina no forma parte de este ciclo, donde la fuerte retención de vientres limita su influencia en el mercado mundial de la carne.

“Estamos viviendo un fenómeno que no se observaba en 25 o 30 años: los principales jugadores están experimentando simultáneamente un proceso de retención de vientres, lo que disminuye la faena y, por ende, la oferta mundial. Esto hace que los precios internacionales se eleven y se genere una oportunidad histórica”, aseguró el directivo.

Para él, la genética Angus es fundamental: “Desarrollamos líneas que permiten un mejor rendimiento con menor consumo; esto no solo impacta positivamente en el medio ambiente, sino que también mejora los márgenes para los productores”.

Este fenómeno cíclico podría extenderse por varios años. “Mientras cada país complete su ciclo, los precios se mantendrán altos y la demanda seguirá en aumento. Estamos ante un mercado internacional extremadamente exigente”, añadió. Sin embargo, Martínez del Valle enfatizó que también se están produciendo cambios estructurales en la demanda que benefician a la carne argentina.

“Con la guerra de aranceles impulsada por Donald Trump, muchos compradores tradicionales en Estados Unidos están buscando nuevos proveedores. Actualmente, Australia ocupa esos mercados, pero ahí surge una gran oportunidad para Argentina”, señaló.

Países como China, Japón y Corea, así como el sudeste asiático en general, están reevaluando a sus socios comerciales en carne vacuna. “El mundo necesita proveedores confiables que ofrezcan productos premium. Argentina tiene ese potencial, especialmente con la carne Angus, que goza de un sello de calidad reconocido internacionalmente”, comentó.

Además del fenómeno arancelario, destacó que hay un cambio en los hábitos de consumo. “Los hijos de quienes salieron de la pobreza en las últimas décadas están ingresando a la clase media. Este proceso se denomina premiumización: ya no buscan solo carne, sino carne de calidad superior”, indicó.

Martínez del Valle también mencionó que este fenómeno se puede relacionar con la westernización, ya que cuando los orientales mejoran su estatus social, tienden a interesarse por lo que consumen los occidentales, como el whisky escocés o vinos de alta gama. “El concepto de carne argentina es altamente valorado en Europa, donde se presenta una gran oportunidad para nuestros productos premium, aunque también enfrentamos un desafío considerable”, agregó.

Se estima que en la próxima década, mil millones de personas se sumarán a la clase media en Asia. “Esto representa tanto un desafío como una enorme oportunidad para quienes pueden ofrecer carne de excelencia, y ahí es donde la carne argentina desempeña un papel crucial”, enfatizó.

Pero no se trata únicamente de calidad, sino también de identidad. “Australia produce carne similar a la americana, con genética de EE. UU. No cuenta con un concepto propio. En cambio, nosotros sí: la carne argentina tiene un sello mundial, un sabor y un modo de producción únicos. Ofrecemos una propuesta diferente”, resaltó Martínez del Valle.

En este contexto, la carne Angus ha experimentado un crecimiento sin precedentes. “En los últimos años, ha tenido un aumento exponencial. Hoy, Angus se posiciona como una de las principales marcas a nivel mundial; factura más de 4000 millones de dólares anuales, superando a Coca-Cola. No hay otra marca de carne que le compita”, señaló.

Según Martínez del Valle, en Estados Unidos, uno de cada cuatro novillos faenados lleva la certificación Angus, y los mejores restaurantes del mundo prefieren esta marca como símbolo de distinción. Sin embargo, existen amenazas. “Los nuevos consumidores, especialmente de la generación Z, priorizan diferentes aspectos. Se preocupan por el medio ambiente, el bienestar animal y el impacto de lo que consumen”, advirtió.

Esto plantea un reto para el sector. “No basta con hablar de calidad. Hay que comunicar adecuadamente qué implica producir carne en Argentina. Por ejemplo, diferenciar el impacto del metano, que se disipa en una década, del dióxido de carbono, que persiste en la atmósfera durante siglos. La desinformación es un problema que debemos contrarrestar con argumentos científicos”, explicó.

La 82ª Expo Angus se lleva a cabo en el predio de la Sociedad Rural Argentina (SRA) hasta el viernes. Otro desafío clave es la eficiencia. “Una de nuestras tareas es mejorar la conversión alimenticia del ganado. Aunque la vaca es menos eficiente que el pollo o el cerdo, debemos trabajar para reducir esa diferencia, tanto por competitividad como por sustentabilidad”, añadió.

En este sentido, la genética Angus es esencial, ya que se desarrollan líneas que permiten un mayor rendimiento con menor consumo, lo que no solo reduce el impacto ambiental, sino que también mejora los márgenes para los productores.

Por todo lo expuesto, concluyó Martínez del Valle, “el momento es ahora”. Argentina tiene una oportunidad única para posicionarse como proveedor de carne premium en un mundo que no solo demanda más proteína, sino que exige trazabilidad, identidad y sustentabilidad. La clave reside en saber comunicarlo y mantenerlo a lo largo del tiempo.

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