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Sábado, 12 de julio de 2025

Javier Milei espera al límite legal para firmar sus vetos mientras el Gobierno negocia con gobernadores para blindarlos

Javier Milei espera al límite legal para firmar sus vetos mientras el Gobierno negocia con gobernadores para blindarlos


Javier Milei esperará hasta último momento para vetar el aumento jubilatorio, la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad que el Senado sancionó el jueves. Así lo confirmaron a Clarín altas fuentes de la Casa Rosada. “El veto va a salir sobre el límite”, consignaron muy cerca de los hermanos Milei. El Gobierno busca ganar tiempo para reunir las voluntades necesarias para blindar los vetos ante la rebelión de los gobernadores. La cuenta regresiva empezó a correr, aunque el Ejecutivo todavía no fue notificado. Las espadas políticas y legislativas de LLA tienen aproximadamente dos semanas por delante.

La misma estrategia de dilatar y negociar había elegido el Gobierno cuando Milei vetó en 2024 el aumento de fondos para universidades y el aumento jubilatorio.

El jefe de Gabinete Guillermo Francos anticipó el veto del Presidente y se ocupó de volver a tender los puentes que el jefe de Estado había dinamitado el miércoles cuando acusó a todos los gobernadores -sin excepción- de querer “destruir al Gobierno”.

No todos son lo mismo. Algunos gobernadores se dedican a gastar y otros son más serios en la administración de los recursos públicos”, matizó Francos el viernes, cuando también adelantó que buscaría volver a conseguir el tercio de diputados o de senadores que le garantice el blindaje al veto.

De todos modos, todas las esperanzas del oficialismo están depositadas en la Cámara Baja. Allí tienen más incidencia algunos de los gobernadores dialoguistas. Es el caso del jujeño y radical Carlos Sadir, que no tiene senadores propios, pero sí tropa en Diputado. Lo mismo le ocurre al salteño Gustavo Sáenz, que el lunes pasado se fotografió con Karina Milei en Casa Rosada.

En la misma situación se encuentran otros ex JxC, que podrían darle una mano al oficialismo en la Cámara Baja y no tienen margen de acción en Senado, como Marcelo Orrego, de San Juan, y Claudio Poggi, de San Luis. El santafesino Maximiliano Pullaro también podría colaborar a pesar de sus declaraciones desde los Estados Unidos en las que minimizó la invitación del Presidente a Tucumán.

La excepción entre los ex Cambiemos es el correntino Gustavo Valdés, que ordenó a sus legisladores -entre los que ahora se cuenta Carlos Espínola- votar en contra luego de que fracasaran las negociaciones para un acuerdo electoral en la provincia. Jorge Macri apenas cuenta con una diputada, que asumió por la renuncia de Hernán Lombardi y que no podrá renovar por la presión libertaria contra el jefe de Gobierno.

El tucumano Osvaldo Jaldo y el catamarqueño Raúl Jalil, los peronistas más cercanos a la Rosada (“los peronistas con peluca“, como los llaman algunos de sus pares), mostraron por primera vez su poder de daño y ordenaron a sus senadores votar a favor de los proyectos y en contra de los intereses de Milei. Ahora se verá si sostendrán la misma orden en la Cámara Baja.

En la Rosada pueden contar con que se repetirá el favor que ya prestaron Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Leandro Zdero (Chaco) que ordenaron a sus legisladores ausentarse. Más todavía, con el guiño de Ignacio Torres (Chubut) y Hugo Passalacqua (Misiones), que ordenaron a los suyos que se abstuvieran.

El caso de Frigerio y Cornejo es particular porque ambos negocian un acuerdo electoral con la Casa Rosada. El primero está más cerca de lograrlo. El mendocino sufre por ahora la avidez de los primos Menem y Karina Milei que buscan potenciar el armado de Luis Petri y dirigentes propios de cara a 2027

En cualquier caso, aun los gobernadores más próximos a la Rosada reclaman una oferta seria del Gobierno para contrarrestar los dos proyectos de ley -reparto de ATN y la coparticipación del impuesto a los combustibles líquidos- que representarían cerca de dos puntos del PBI y que obtuvieron media sanción el jueves en el Senado.

La oferta de (Carlos) Guberman fue una joda”, consignan sobre la fallida contrapropuesta que el secretario de Hacienda hizo a los ministros de economías de las provincias. Añaden que el Gobierno tiene que reconocer que son recursos propios y que no se afecta en nada al superávit fiscal ni a las metas con FMI.

El kirchnerismo desconfía -con argumentos- de varios gobernadores dialoguistas, pero apuesta -más- a la impericia del oficialismo para negociar y pagar a sus aliados.

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