Lunes, 19 de mayo de 2025   |   Internacionales

En busca de la atención de Trump

En busca de la atención de Trump

No se equivoquen: la verdadera batalla en el conflicto de Ucrania no se está librando en los cielos de Kyiv o Dnipro, donde los ataques con drones rusos han aumentado drásticamente en los últimos días.

El avance lento y desgastante que está logrando el Ejército ruso en los frentes del este de Ucrania no será el factor decisivo en este conflicto, que ya se encuentra en su tercer año.

La lucha crucial se está llevando a cabo entre los bandos en conflicto y sus respectivos aliados, teniendo en el centro al presidente Donald Trump, quien parece cada vez más frustrado por los esfuerzos de negociación de la paz.

Es por esta razón que su conversación telefónica, programada para más tarde este lunes con el presidente ruso Vladimir Putin, puede resultar tan trascendental.

Moscú y Kyiv compiten por demostrar que el otro es el verdadero obstáculo para la paz, con la esperanza de influir en la opinión cambiante de Trump a su favor, al menos por un tiempo.

Funcionarios europeos han indicado que también planean hablar con Trump antes de su diálogo con Putin, preocupados por el hecho de que la postura del presidente estadounidense respecto al conflicto podría depender de a quién escuche primero.

El mes pasado, tras conversar con el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, en el funeral del papa Francisco, Trump hizo algunas de sus críticas más contundentes hacia Putin, condenando el ataque con misiles sobre Kyiv y expresando dudas sobre la sinceridad de Putin al hablar de poner fin a la guerra.

Durante la llamada del lunes, Putin —quien ha rechazado la propuesta de un alto el fuego de 30 días, sugerido por Trump y aceptado por Ucrania— tendrá toda la atención de Trump, lo que le permitirá inundar la conversación con incentivos comerciales, elogios o cualquier argumento que considere más persuasivo.

Parece que tanto Trump como Putin comparten la firme convicción de que ellos son los únicos con el poder y la habilidad para resolver el conflicto en Ucrania, mientras que tanto europeos como los propios ucranianos simplemente seguirán sus órdenes.

Las decepcionantes negociaciones en Estambul la semana pasada —las primeras en años entre negociadores rusos y ucranianos— resaltaron la importancia crucial que tiene Trump para cualquier acuerdo, motivándolo a reintegrarse en las gestiones de paz de las que recientemente había amenazado con alejarse.

El gran temor de Ucrania es que los dos líderes elaboren un plan de paz de forma improvisada durante la llamada telefónica y luego intenten imponer los términos de Putin bajo la renovada amenaza de retirar el vital apoyo militar y económico estadounidense.

Trump también tiene influencia sobre Rusia, si decide ejercerla. Ante el aumento de bajas y una economía en crisis, el Kremlin seguramente buscará evitar provocar la ira de Trump, ya que esto podría resultar en un mayor apoyo estadounidense al esfuerzo bélico en Ucrania.

Sin embargo, el obstáculo persiste: tanto Rusia como Ucrania aún no están dispuestas a aceptar las condiciones mínimas del otro ni a hacer las concesiones necesarias para satisfacer a la otra parte.

Eso no implica que las conversaciones, ya sean directas, presenciales o telefónicas, sean irrelevantes. Al menos, pueden ayudar a evidenciar la considerable distancia que existe entre ambas partes.

Lo que esto podría significar es que, incluso bajo la presión estadounidense y tras una conversación directa con Trump, tanto Moscú como Kyiv podrían optar por continuar con el conflicto.

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