
En un acontecimiento que señala el cierre de una etapa y el comienzo de otra, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ha trasladado el histórico rodeo de la raza Bovino Criollo desde la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Leales, en Tucumán, hacia su sede en Mercedes, Corrientes. Esta decisión ha sorprendido tanto al ámbito científico como al ganadero, no solo por la tradición del programa en el NOA, sino también por su considerable valor genético y simbólico. Se trasladan 120 hembras de notable importancia genética.
“El 30 de junio de 2025 se cierra el telón: concluyen tantos años de labor y se extingue su rodeo, un rodeo de alto valor genético y experimental, con 53 años de registros genealógicos y productivos”, expresó Fernando Holgado, ingeniero zootecnista que dedicó cuatro décadas a la Experimental de Leales y lideró el programa hasta su retiro en 2018.
La historia de este rodeo se remonta a 1959, cuando el INTA decidió establecer una unidad experimental en Leales. Posteriormente, se creó el primer rodeo experimental de Bovinos Criollos del país, como parte de un plan de cruzamientos con razas índicas. “No se trató en ese momento de resaltar al Criollo, sino de utilizarlo como grupo testigo. Y los resultados fueron sorprendentes”, recordó Holgado en diálogo con LA NACION.
Durante décadas, Leales se convirtió en sinónimo de desarrollo y revalorización del Bovino Criollo.
Fernando Holgado, ingeniero zootecnista, trabajó durante cuatro décadas en la Experimental y lideró el programa hasta su retiro en 2018.
Tras la divulgación de la medida, la Asociación Argentina de Criadores de Bovino Criollo también expresó su tristeza: “Cuesta entender las razones que ocasionaron el cierre de esta línea de trabajo”
La Asociación Argentina de Criadores de Bovino Criollo expresó su pesar. Tras conocer la medida, reconocieron que “cuesta entender las razones que motivaron el cierre de esta línea de trabajo”. Sin embargo, destacaron que “el trabajo no se ha perdido: se ha multiplicado y se ha disseminado por todo el país”.
Uno de los hitos del programa fue la participación de “Brigadier”, el primer toro Criollo mocho, seleccionado por su producción, pelaje uniforme y ausencia de cuernos. Fue presentado en la Exposición Rural de Palermo en 2018, marcando un antes y un después para la raza.
Brigadier, el primer toro Criollo mocho Campeón de la Exposición Rural de Palermo en 2018
Para Holgado, los datos recolectados a lo largo de las décadas muestran que el Criollo posee una gran capacidad de adaptación, resiliencia y resultados productivos notables cuando se cruza con razas como Angus. “Los cruzamientos con Criollo producen hembras fértiles, rústicas, sin complicaciones en los partos, y novillos que superan entre 60 y 80 kilos a los puros Angus”, agregó el genetista.
Actualmente, unos 50 productores tienen en sus rodeos ganado Criollo, principalmente en zonas marginales.
Uno de los desafíos persistentes, según Holgado, es la escasa difusión del potencial de la raza. “Los estudios existen, pero es difícil que se hagan notar. Los productores aún lo asocian con ambientes hostiles, cuando en realidad puede tener un gran impacto productivo también en zonas favorables”, afirmó.
En Leales se desarrollaron dos líneas genéticas: una tradicional, con animales de diversas tonalidades como overos y barcinos, y con cuernos; y otra mocha, de pelaje castaño uniforme, especialmente seleccionada para cruzamientos y para evitar castigos comerciales por el fenotipo.
“La historia no concluye aquí, pero es importante reconocer lo que se ha logrado. Son 65 años de conservación, caracterización y difusión de un recurso genético invaluable”, concluyó Holgado.
El traslado del rodeo a Corrientes abre un nuevo capítulo. “Confiamos en que el INTA continuará trabajando en esta temática. Es un final inesperado, pero también un nuevo comienzo”, concluyó Holgado, con la esperanza de que el legado de Leales perdure y se multiplique.