

El ingreso disponible de los argentinos cayó en la era de Javier Milei. La leve mejora de los últimos meses que sugieren algunas estadísticas enarboladas por el gobierno no alcanzó a compensar el arrastre de dos años de caída de los salarios reales en combinación con una fuerte suba de servicios públicos.
El resultado surge del análisis que realizaron diversos centros y consultoras sobre la cantidad de dinero que les queda a las familias después de descontar los gastos fijos. Para la mayoría de la población, el déficit se agrava porque en paralelo a esos aumentos, los salarios reales se deterioraron fuertemente. Es decir, hay que afrontar gastos fijos más altos con ingresos más bajos. Así, una necesidad elemental como lo es llegar a fin de mes se complica bastante.
Uno de los estudios más certeros sobre el tema es el que realiza mensualmente el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), de la Universidad de Buenos Aires. En el informe de noviembre se detalla que la canasta promedio de servicios públicos para una familia que vive en el AMBA se incrementó 525% desde diciembre de 2023, en contraste con el 178% de aumento en el nivel general de precios.
El cálculo de este mes fue de $ 173.480 para un hogar enrolado en el grupo tarifario N1 (sin subsidios): $ 37.098 de electricidad, $ 24.071 de gas, $ 31.078 de agua y $ 81.233 en transporte público.
“La medición respecto de diciembre de 2023, sin tener en cuenta factores estacionales, es decir sin tener en cuenta variaciones en el consumo o en la cantidad de días del mes, indica que todos los servicios públicos tuvieron incrementos por encima del IPC desde diciembre de 2023”, destaca el trabajo.
Los incrementos se moderaron a partir del segundo semestre de 2024, cuando el tarifazo y la licuación de salarios y jubilaciones habían logrado el objetivo de reducir el gasto público en términos reales. Por eso, este año desde el Ministerio de Economía hubo más margen para “muñequear” la recomposición de tarifas según las necesidades políticas. Así, en los últimos 12 meses, según la estimación del IIEP, la canasta de servicios públicos aumentó 30% mientras que para el índice de precios al consumidor se estima un incremento de 31 por ciento.
Desde la consultora Econviews también hicieron hincapié en el tema. Un cuadro sobre la variación de precios relativos en base a los informes del Indec resumió que entre noviembre de 2023 y octubre de 2025 las tarifas de servicios públicos (93%) y el transporte público (80%) fueron las que más crecieron en relación al promedio de los bienes y servicios. Los gastos de prepagas, telefonía e internet y combustibles también crecieron por encima de la media.
La recomposición de esos servicios, en su mayoría regulados por el Estado o con una carga impositiva que incide fuertemente en el valor final, se contrapone con los bienes transables, que sintieron la caída de la demanda por el menor saldo de dinero disponible. Por eso los alimentos bajaron 6% en términos relativos, los bienes para el equipamiento del hogar el 18% y la vestimenta el 27 por ciento.
Salarios
La otra pata de este tablero son los ingresos de la población. Según el Centro de Estudios para la Recuperación Argentina (CentroRA), “desde el inicio del gobierno de Milei, los salarios reales se vieron afectados de manera significativa y desigual como consecuencia del ajuste económico implementado en los primeros meses de gestión. En términos generales, los salarios reales se ubican un 4% por debajo de los registrados al salir de la pandemia”.
“Al desagregar por sectores, los trabajadores del sector privado registrado perciben hoy un salario real cercano a un 2% inferior al que recibían al finalizar la pandemia. En cambio, los empleados públicos son los más perjudicados por el ajuste, con una pérdida superior al 11% en su poder adquisitivo. Los salarios reales del sector no registrado o informal se mantienen en niveles similares a los de la salida de la pandemia”, agrega el informe.
La consultora Empiria, dirigida por Hernán Lacunza (ex ministro de Economía durante el gobierno de Mauricio Macri), detalló que en septiembre “el salario privado registró una caída del 0,7% real mensual y mantiene el estancamiento del último año”. También consideró que el impacto de las subas de servicios fue mayor en los sectores más vulnerables, que dedican mayor proporción de sus ingresos a esos fines. Así, el ingreso disponible de los deciles más altos está en el mismo nivel que en noviembre de 2023, mientras que en los deciles más bajos cayó 4,7% en la era Milei.
Guillermo Michel, quien integró el equipo económico de Sergio Massa (dirigió la Aduana en el último tramo de la gestión del Frente de Todos), estimó que en los últimos dos años los alquileres subieron un 547%, la electricidad y gas 542% y el transporte público 482%. “¿Por qué los argentinos sienten que la inflación es mayor a la que informa el gobierno y que el día 15 ya es fin de mes? Porque los gastos fijos de las familias suben más que la inflación y los salarios”, resumió en sus redes sociales. A pesar de estas evidencias, las estadísticas oficiales ignoran este problema. «
Crece la morosidad en bancos
El Informe sobre Bancos que difundió en la última semana el Banco Central mostró un fuerte crecimiento del nivel de irregularidad de los créditos. Según la publicación, en septiembre la morosidad en los hogares creció desde el 6,6% al 7,3%, el nivel máximo desde 2010, cuando la autoridad monetaria comenzó a llevar los registros.
El incremento se concentró en dos líneas: préstamos personales (donde el porcentaje trepó desde el 8,2% al 9,1%) y tarjetas de crédito (con un alza desde el 6,7% al 7,4%). Esos índices son entre tres y cuatro veces más altos que hace un año.
Entre las razones no sólo se encuentran la disminución del ingreso disponible de las familias, sino las elevadas tasas de interés, que se dispararon tras los desajustes en la política monetaria que arrancaron en julio.
Los resultados de esa morosidad ya están impactando en algunas entidades financieras no bancarias. Tarjeta Naranja, propiedad del Grupo Galicia, reportó una caída del 84% en sus ganancias por las mayores previsiones de incobrabilidad en su cartera de préstamos.




